De los hombres felices

Gastan toda su existencia buscando algo más que la alegría
Despilfarran la fortuna ahorrada peso a peso
                que sus amos han pagado
                a manera de limosna
Levantan el pecho y escupen sonrisas de dientes bonitos
sabiendo que el único tiempo que disfrutan
                                                               es cuando duermen.

¡Paren, no paran!: diez razones para no parir.

No entiendo cuál es el afán que tiene la juventud colombiana actual en cagarse la vida. No les basta con haber nacido en un país tercermundista. Tampoco tienen con el hecho de vivir en uno de los países más corruptos y violentos del mundo. Desde los doce años vemos paridoras con dos y hasta tres hijos, parejas de niños que, sin terminarse de criar ellos, traen otro chinche más para la crianza, abundan las madres solteras menores de dieciséis, las salas de maternidad de los hospitales parecen centros de reunión de adolescentes…¡están viendo que sí era posible cagarse más la vida! ― ¡más! ―

El aborto, hasta hoy, ha sido tan mal visto que, tanto la justicia humana como la divina, lo castigan en casi todos los casos (sólo cuando hay violación o malformaciones la mujer tiene derecho a decidir). Pero, ¿qué pasaría si algunas cuantas paridoras pensaran en la opción de no parir al feto?, ¿no sería genial si tuviéramos la oportunidad, como seres pensantes, de elegir que eso que puede cagarse en todo, no nazca? Pues hoy soy portador de buenas nuevas, hoy vengo a decirles que hay opciones diferentes a parir, sencillas, fáciles, discretas (o sangrientas, para todos los gustos hay) que pueden acabar con ese pequeño problema, que, con el tiempo puede llegar a crecer tanto que aprende a escribir.

Antes de empezar a enunciar algunas razones que puedo dar para no parir, debo aclarar que son fruto de razonamientos lógicos, hasta el día de hoy no he parido y no sé lo que se sienta tener una criatura robándose mi comida y mi energía por nueve meses. Por lo mismo, de antemano me disculpo si ofendo el sentimiento materno de alguna (porque esto va para las mujeres, ustedes, amigos, no pueden abortar), mi intención no es insultar al pedazo de carne que tiene o va a tener flotando entre placenta, lo único que quiero lograr es que conozcan otras salidas al problema. También, explicar que el aborto lo consideraría solamente en caso de un embarazo no deseado y hasta ahora, no he deseado ningún embarazo.

  •  Los problemas se solucionan. Según esa premisa, el caso de un embarazo no deseado es un problema y hay que buscarle solución. Parir no es una solución sino un problema más grande que desemboca en otros problemas, cada vez más difíciles y más caros. ¿Cuál es la solución?: ¡CTRL+Z!
  • ¡Nada de cargos de conciencia!, abortando en el momento adecuado no se muere ningún humano. Se supone que lo que nos diferencia de los otros animales es nuestra conciencia, los fetos ni si quiera tienen cerebro. El desarrollo pleno de la masa encefálica se produce entre la semana veinticinco y la veintiocho, cuatro meses más que suficientes para lograr el cometido y continuar la vida. También en estas semanas el sistema nervioso está lo suficientemente desarrollado para controlar apenas algunas funciones corporales, entonces de elegir una manera sangrienta el feto sentiría algunos rasguños. De todas formas no los va a recordar.
  • Es fácil, barato y rápido. Desde la comodidad de su hogar, viendo televisión, haciendo ejercicio, acostada en su cama…el mayor esfuerzo es tragarse unas pastillas y esperar a que hagan su trabajo.
  • Por comodidad. Comodidad suya y de los que la rodean, amiga paridora. Recuerde que los otros, nosotros, no tenemos la culpa de su incapacidad para tomar decisiones inteligentes y no estamos obligados a soportar el caos que genera un neonato. Es cuestión de respeto y de convivencia.
  • Por tiempo. No son nueve meses los que cuesta un hijo. Ese primer período es la introducción a todo el dolor y sufrimiento que se avecina el resto de la vida; se invierte tiempo enseñándoles, cuidándolos, alimentándolos, aliviándolos…el tiempo propio pasa a ser suyo.
  • Por estética. Usted, dama, que tanto se preocupa por verse bonita, que desea conservar su figura (así no sea gran cosa, pero la desea conservar), que detesta las estrías, la celulitis, la piel colgando, los pezones hinchados y lechosos, las manchas en el rostro…usted, dama, que no quiere padecer de eso, tiene la solución en sus manos.
  • Por esnobismo. Si quiere tener un figurín que adorne sus fotos de pareja, adopte. Fíjese cómo le ha ido de bien a Angelina y a Brad adoptando un niño en cada continente. Sería, además de una madre ficticia feliz, un foco para la prensa local y, yéndole bien, salir en el noticiero de RCN o Caracol.
  • Por ecología. ¿Sabe cuánto contaminan los montones de pañales con mierda que resultan a diario?, ¿sabe cuánto CO2 emana una criaturita de ese tamaño?, ¿sabe cuánto ruido pueden llegar a producir esos pulmoncitos? Si la idea es cuidar el planeta, abortar es una de las buenas acciones a tener en cuenta.
  • Por amor. Traer un hijo a que nazca en este país, en estos tiempos, con la situación social, económica y cultural que tenemos, es obligar a alguien a que sufra. No es un acto amoroso eso de parir en Colombia, por ningún lado. Ser colombiano de nacimiento es tener una etiqueta permanente (tanto interior como en la frente) que para nada es positiva.
  • Por cordura. Si después de haber contrastado pros y contras, de haber visto ejemplos en personas cercanas, de haber estudiado todas las posibilidades, decide que el feto no deseado se desarrolle, nazca y crezca, lo que necesita no es el aborto sino el siquiatra. Hay tratamientos que, con pequeñas descargas eléctricas a la masa encefálica, restablecen el correcto flujo de información en los neurotransmisores.

Recuerde que no parir también es una opción.

De los Derechos Humanos

Todo hombre civilizado
sin importar nacionalidad
                     color
                     tamaño
                     religión
                     coeficiente intelectual
tiene derecho a satisfacer
tres necesidades básicas
           fumar
                         pensar
                                         callar

No vote por ninguno, ¡vote por todos!

Tengo veintiún años y, hasta el día de hoy, no he ejercido mi derecho al voto ―al menos que yo sepa, no es raro que mi cédula esté inscrita y alguien haya votado en mi nombre todo este tiempo―. No es que no hubiera podido, lo que pasa es que nunca me había interesado por alguna propuesta política en especial, a mi parecer, todas las que escuchaba eran populistas, chantajistas, mentirosas y con doble fondo; tenía la cabeza llena de cucarachas, pensaba que todos los políticos eran corruptos, sin excepción; creía que los candidatos que se lanzaban lo único que querían era dinero y poder, sentía que se estaban robando el país en frente de todos y nadie hacía nada. Eso era antes, eso pensaba antes, cuando tenía los ojos vendados.

Arrepentido por mi apatía hacia toda actividad política, me prometí cambiar, Colombia me necesita. A mí y a otros tantos que, como yo, por física ignorancia ―¡juro que no sabía que los políticos eran honestos y que tienen ganas de sacar adelante el país!―, no participábamos en ese acto tan representativo de las democracias, el sufragio. Ahora ya me siento preparado y maduro para ayudar a decidir el futuro de mi Patria de la mano de los honorables gobernantes y representantes que, sabia y concienzudamente, elegiremos en las venideras jornadas electorales. Colombia nos necesita, compatriotas apáticos, no dejemos que otros elijan por nosotros, participemos de la gloria, que, al final, nos dejarán quienes elegimos. Debemos confiar ciegamente en ellos. Por eso y sólo por eso, estoy escribiendo hoy.

Pensando, seguramente, en la pluralidad y en la diversidad del pueblo, existen partidos de todos los colores: rojo, azul, verde, amarillo, anaranjado, blanco, negro...hay partidos indígenas, partidos que trabajan por el deporte y hasta partidos manejados desde la cárcel; no se puede decir que no hay inclusión, nadie tiene excusa ahora para no votar. Cada uno tiene por lo menos un candidato representándolo en el tarjetón y para diferentes cargos, para el Congreso, la Cámara de Representantes, alcaldía y líderes barriales. Cada aspirante a esos puestos tiene propuestas para ayudar a la comunidad, para trabajar por Colombia, y sumando todas las propuestas tendríamos un puñado de opciones tan variado que difícilmente algún problema se quedaría sin una posible solución.

¡Problemas internos, ténganse fino!, ¡deuda externa, empezá a contar tus días!, ¡guerrilleros y delincuentes comunes, no saben lo que les trepa pierna arriba!, ¡Corruptos, les llegó la hora! ―aclaro que cuando hablo de corruptos no me refiero a los honorables políticos, ¡no!, hablo de otros funcionarios del Estado que también roban, estafan y matan― ¡De éstas elecciones no pasan! Colombia no se merece tanta maldad y mientras tenga la posibilidad, de ahora en adelante, voy a participar en la elección de mis dirigentes.

Pero no puedo ser yo solo. El compromiso debe ser masivo, pongámonos la camiseta. Necesito de su ayuda, y no sólo yo, nuestros compatriotas requieren de su apoyo: en las próximas jornadas electorales, salgamos a votar, en todas las que podamos. Votemos por el candidato del partido rojo, del azul, del verde, del anaranjado, del amarillo, del blanco y del negro. ¡Cuestión de lógica! Si todos quedan electos la única beneficiada va a ser nuestra amada Patria. ¡Cuento con su ayuda, compatriotas, porque nuestros hijos se merecen el futuro que la política nos promete!

El Sujeto

Mi foto
Hace más de veinte años nací, vengo creciendo, lucho por reproducirme y todavía no he sabido que me haya muerto.