El Gran Colombiano

En estos días hay un concurso para un solo ganador, que, entre otras cosas no sé qué es lo que va a ganar, pero de ser elegido, sería conocido de ahí en adelante como El Gran Colombiano. Previamente se realizó una votación para elegir a los 25 finalistas que hoy pelean para quedarse con el título, entre ellos hay políticos, músicos, deportistas, literatos, científicos, Juanes, Shakira y Uribe. Tengo que aceptar que no he dado mi voto aún, y no es por reticente sino por confundido: de esa lista no sé quién pueda reunir todos los atributos que necesita una persona para hacerse llamar El Gran Colombiano, el mejor colombiano de todos, el compatriota que merece representar a los más de cuarenta millones de almas resguardadas en este purgatorio. Y no es una votación sencilla, como para elegir concejales o presidente, ¡no!, acá sí vale la pena sentarse a pensar, ¿quién es el mejor representante de esta bandera?, ¿qué atributos debe reunir una persona para ser El Gran Colombiano?

Debe ser pobre. La mayoría de colombianos hemos sido, somos y vamos a ser pobres. Estamos divididos por estratos socio-económicos que solo sirven para facilitarle la cobranza a las empresas de servicios públicos, pero hay dos clases sociales: pobres y no tan pobres. Porque los que alcanzan a generar más ingresos que el resto siguen siendo pobres gracias al pasaporte; la pobreza es al colombiano como la pecueca es a la bota pantanera.

Debe ser bruto. Somos un país de gente bruta, perezosa, facilista, desinformada y manejable, hasta el año pasado, el 67% de los colombianos no leía porque no le gustaba. Y el otro 33% seguramente leía porque le tocaba leer. Somos una máquina imparable de ignorantes, porque además de no leer, pichamos todo el día: lo que va del año se han registrado alrededor de 92.500 partos, y, estoy seguro de que al menos 92.499 van a ser brutos, si alcanzan a crecer.

Debe ser feliz. Si no es feliz, no es colombiano. No podemos elegir a una persona que no represente la felicidad del país más feliz del mundo, debe reírse sin importar nada. ¿No le alcanza para pagar servicios, mercado y vivienda?, ¡ríase! ¿No tiene aseguradas ni la salud ni la educación?, ¡suelte la carcajada! ¿Está cansado de que lo extorsionen para que no le pase nada a su negocio?, ¡cáguese de la erre! El Gran Colombiano debe entender que la felicidad no está en tener resueltas las necesidades básicas sino en disfrutar de las cosas estúpidas.

Debe creer en los milagros. Si no tiene la casaca tricolor lavada y planchada para Brasil 2014, impensable. Si no tiene las camisetas de las marchas por la paz, por el secuestro y por Las FARC, no vale. Si no le reza a la Madre Laura o al Padre Marianito, no le doy el voto. Si no le ha hecho fuerza a los procesos de paz en estos últimos 50 años, ¿de qué sirve votar por alguien así?

Debe ser desplazado o damnificado. No importa si es indígena, si es afrodescendiente, si es reinsertado o si viene de Armero. Todos hemos sido tocados por la tragedia en algún momento de nuestra existencia dentro de nuestro terreno, si no fue Mapiripán fue en Bojayá o en Las Bananeras. La mayoría de los barrios en las ciudades son invasiones, terrenos utilizados para beneficiar a los menos beneficiados, a los que huyen de la violencia, a los que huyen del hambre, a los que huyen del miedo, a los que huyen de todo lo que ofrece el Estado.

Debe ser corrupto. Es imposible que El Gran Colombiano no tenga la única cualidad innata de los nacidos en esta tierra, me parecería un fraude si eligen a alguien honesto, de inmediato pondría mi voz en el cielo y si es posible, lo haría destituir. Pero pensándolo mejor, si me parece fraude, entonces no es tan honesto y definitivamente tuvo que haber trabajado por ese puesto, tal vez tráfico de influencias, ¡perfecto!

Debe ser bachiller. No se vale haber estudiado dos semestres de administración en ningún instituto, tampoco elegiría a ninguno que supiera hablar buen castellano y menos un segundo idioma, impensable para ese título. El Gran Colombiano tiene que haber salido de bachillerato y haberse puesto a trabajar, o mejor, debe haberse salido antes de terminar bachillerato. Sería un honor si hay algún candidato con diploma falsificado, no cabría duda de quién es el o la merecedora del galardón.


Yo no sé. Está muy reñido eso, casi todos cumplen varios requisitos. Tengo claro que por Shakira no voto porque no es colombiana, tampoco tiene mi voto Llinás por simple respeto; quedan 23 todavía pero tengo la esperanza de que la lista se vaya reduciendo paulatinamente. Voy a tomarme mi tiempo para hacer una buena elección, no vaya a ser que quedemos mal representados, ¡qué vergüenza mundial! Pero me meto en los pantalones del futuro ganador y me pongo nervioso, ¿representaría bien a mi gente?, ¿sería la crema y nata de la masa?, ¿me darían la visa para ir a recibir el premio?

El Sujeto

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Hace más de veinte años nací, vengo creciendo, lucho por reproducirme y todavía no he sabido que me haya muerto.